Venezuela

Concierto de adoración y alabanza «Alegres en la esperanza»

03/24/2025

El 8 de marzo de 2025, en el sector 5 de julio de la Parroquia San José de Siquisique, Barquisimeto, se unieron los grupos pastorales en esta actividad del Año Jubilar

«Como Iglesia, sigamos caminando juntos, dando lo mejor; ayudando a nuestros niños, jóvenes y adultos a manifestar la alegría del Evangelio siendo peregrinos de esperanza»

Con el protagonismo la Pastoral Juvenil, quienes tuvieron la iniciativa de esta actividad Jubilar, nos unimos como Iglesia Sinodal todos los grupos pastorales, donde cada uno fue asumiendo su compromiso, destacándose en la misión a la que el Señor les ha llamado.

Nuestros jóvenes tienen un lugar privilegiado en este año Jubilar. El Papa Francisco, en el documento «Spes non confundit», Bula de convocación del Jubileo ordinario del año 2025, en el N° 12., dice: «También necesitan signos de esperanza aquellos que en sí mismos la representan: los jóvenes. De ahí, que el Jubileo sea en la Iglesia una ocasión para estimularlos. Ocupémonos con ardor renovado de los jóvenes, los estudiantes, los novios, las nuevas generaciones. ¡Que haya cercanía a los jóvenes, que son la alegría y la esperanza de la Iglesia y del mundo!».

Se inició la actividad con el rezo del santo rosario, continúo con Eucaristía, y seguidamente, con la adoración y la alabanza. Y nos encontramos con la Legión de María, lectores, servidores del Altar (monaguillos), ministerios de Música, carismáticos, la Pastoral Juvenil…

Fue una experiencia donde se sentía la necesidad de querer encontrarnos con el Señor, y se vivió primero en la Eucaristía y luego en adoración y alabanza con Jesús sacramentado, la cual, fue muy especial. Se experimentaba sintonía para vivir juntos como parroquia la presencia del Señor en entrega, piedad, amor, fervor y servicio. La oración y el encuentro con el Señor tuvieron en todo momento primacía. Por eso, es interesante resaltar lo que también dice el Papa Francisco para este Año Jubilar: la esperanza cristiana no engaña ni defrauda, porque está fundada en la certeza de que nada ni nadie podrá separarnos nunca del amor divino. He aquí porque esta esperanza no cede ante las dificultades; porque se fundamenta en la fe y se nutre de la caridad. San Agustín escribe: «Nadie vive sin estas tres disposiciones del alma: creer, esperar, amar».

“Jubileo” es el nombre que se da a un año establecido como tiempo especial para renovar la relación con Dios, conmigo mismo y con el prójimo. Es un año de gozo, de gracia, de gran fiesta. Es el paso de Dios por nuestra vida. Es una oportunidad de aprender y desaprender, abiertos a la acción del Espíritu Santo como dador de vida, que nos impulsa a compartir, a ser hombres y mujeres consagrados para el Reino, dentro de una sociedad tan desanimada, descontenta, desencantada sumergido en lo superfluo.

Como Iglesia sigamos caminando juntos, dando lo mejor sí y ayudando a nuestros niños, jóvenes y adultos a manifestar la alegría del Evangelio siendo peregrinos de esperanza.